Existe proclividad a calificar
las cosas, creándose eventualmente cierta confusión. Así, se habla del manejo
forestal comunitario, integral, hollistico, participativo, proactivo,
sustentable, persistente, adaptativo, de imitación a la naturaleza, de ecosistemas, entre otros
muchos más, y sus equivalencias con “ordenación forestal” o de “montes”, buscando
enfatizar en cada caso los elementos que más lo caracterízan, de los denominados
ejes o dimensiones de la sustentabilidad. A saber: Ambiente, sociedad y
economía; mismos que convergen en él y lo tipifican de manera diferencial.
Sin embargo, no puede haber
tantos “manejos forestales”, sino uno solo, con el énfasis en aspectos
ambientales, sociales y económicos, como sean las necesidades y circunstancias que
cada caso amerite.
Por otra parte, con el denominado
manejo forestal “comunitario” se debe ser cuidadoso, porque “community” en el
extranjero y en México, no tienen un mismo significado. Adicionalmente, porque
el manejo forestal participativo, puede englobar al comunitario, en cierto
sentido.
En mi opinión, aquél debería ser
denominado manejo forestal con énfasis en la socioproducción, socialmente participativo o con énfasis en la biodiversidad,
según aplique.
En fin, aquí no se busca decretar
la verdad sobre el tema, solo exponer un punto de vista buscando claridad en
los conceptos, para evitar los diálogos de sordos que eventualmente se
sostienen entre los proponentes de la “bioeconomía forestal” y quienes defienden enfoques de mayor
biodiversidad y contenido social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario