Entre varias especies arbóreas introducidas a México, en la categoría de “bien portadas”, se encuentra el cedro del Libano (https://en.wikipedia.org/wiki/Cedrus_libani).
En el pasillo lateral exterior del edificio “principal” de la entonces ENA, ahora edificio de Rectoría y museo nacional de agricultura de la UACh, se plantó una hilera de cedros del Libano, así como otros más en Texcoco, México.
Algo interesante al observar los cedros del jardín de Texcoco y el que aún vive en el edificio de Rectoría, es que todos son sensiblemente de las mismas dimensiones y edad, lo que hace presumir una fecha de plantación, que no de siembra, común para todos ellos.
Son árboles viejos, con la copa achatada y extendida, consecuencia del poco crecimiento anual de su yema apical, con ramas retorcidas y algunas muertas, signo inequívoco de arbolado viejo.
Me di a la tarea de averiguar la fecha de su establecimiento, pero ni en Chapingo ni en el archivo Municipal fue posible encontrar algún registro. Preguntando con conocidos, el dato más lejano y frecuente fue 75 años.
En la imagen, el ejemplar que sobrevive a un costado del torreón, tomadas en el 18.05.2022.
Las siguientes, corresponden a los ejemplares del Jardín Municipal de Texcoco, México, el 01.06.2022. Uno de ellos dando sombra a la estatua de Silverio Pérez Gutiérrez.
Otro grupo de árboles, de esa misma especie, fue plantado en el jardín de la clínica 69 del Seguro Social, sobre la calle “dos de Marzo”, en Texcoco, México, aparentemente en una época más reciente, pero no menor que 60 años, pues ya muestran muérdago en sus ramas y copas achatadas, signo de arbolado maduro, cuyo vigor empieza a disminuir.
Las siguientes imágenes corresponden a los ejemplares de esa calle, el 14.06.2021.
Todos estos árboles de cedros del Líbano de Chapingo y Texcoco, tanto por su edad como por efecto de la contaminación ambiental prevaleciente, así como por la variación climática presente, morirán en algún tiempo previsible y se hace pertinente hacer patente el hecho, a efecto de que en su oportunidad sean reemplazos por árboles de la misma especie, toda vez que ha probado su resiliencia ambiental y su resistencia a plagas y enfermedades locales, los pasados 75 años, cuando menos.
Además, estéticamente es un árbol de buen porte, con varias características deseables para la arboricultura, presente por ello en muchos parques y jardines de varias partes del mundo.